Cuaderno de bitácora en el que narro mis salidas y viajes en moto.
Frank el Navegante.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Camino a Soria: La Ida

Como de costumbre esta será una crónica muy, pero que muy, fotográfica. Tres días, 1.200 Km. y mucho que visitar, me lleva a partir la crónica en tres partes: la ida, la ruta por tierras Sorianas (y algo de Burgos), y la vuelta.

LA IDA. Lunes 16/09/13




 Comenzamos la mañana en dirección a Liria, para empezar con poca autovía, e ir hasta Barracas de curvas por Alcublas y Bejís.
Luego, y aunque no me gusta nada, tomamos la autovía mudéjar hasta Monreal del Campo. Más que nada por ganar tiempo al día.
Nos vamos hacia Campillo de dueñas, a visitar el castillo de Zafra.
De allí al castillo de Embid. Para seguir por secundarias hasta salir a Arcos de Jalón y la N-II, que nos llevará por Somaén a Medinaceli.
Luego seguir al norte hasta Almazán por un intento de autovía, que hay más obras que autovía. Y eso que ya estaban haciéndola cuando pasé en 2011 de camino al Bierzo.
Tras visitar Almazán, nos vamos en busca de secundarias, de nuevo, para pasar por Fuentepinilla y ver su puente Romano, y llegar hasta la N-122 que nos deja en Calatañazor, donde dormiremos las dos noches.
Y aun tendremos tiempo de visitar el parque natural de La Fuentona.
En total 460 Km.

Rondaban las 12 cuando nos acercábamos a nuestro primer destino. Unos kilómetros antes de llegar a Campillo de Dueñas torcemos por pista para ir en busca del castillo de Zafra. Esta vez voy a llegar a él por la pista buena, desde el otro lado.
El castillo está a unos 4 Km. del pueblo. Por la pista que tomamos haremos más o menos lo mismo. Atravesamos la sierra de Caldereros y en la bajada ya vemos el castillo.
 Está tal y como lo recordaba (La explicación del castillo está en la crónica del Bierzo de 2011) Esplendido castillo roquero, estrecho y alargado.
Merche aun no lo conocía, sólo lo había visto en fotos.





 Disfrutamos de la vista exterior y de los alrededores.
Y ascendemos por la escalera, conscientes de que estará cerrado, ya que es de propiedad privada.




La vista desde la puerta. Dominando la sierra.


Decidimos hacer almuerzo/comida aquí, comer un poco y ya merendaremos luego si hay más hambre.
Para este viaje hemos decidido que comeremos todos los días de picni, para perder poco tiempo. Para ello venimos cargados con embutidos curados, alguno de ellos comprados el sábado en la feria de Cantavieja. Y una pequeña nevera para latas de bebida, que en este caso hemos comprado en la última gasolinera visitada. La botella de agua fría aguanta en el top case fresca todo el día.

Ultima foto del lugar, y la Africota, y nos ponemos en marcha de nuevo.
Ahora por la pista salimos al pueblo y por secundarias nos vamos a pasar por delante del castillo de Embid. El cual no sé si es visitable, simplemente nos venía casi de paso, y lo fotografiamos por el lado que se aprecia menos la restauración. 
Continuamos por solitarias secundarias, pasando de Guadalajara a Soria por ellas.
Algunas parece que acaben de asfaltarlas para nosotros.
Atravesamos algunos pueblos, unos más curiosos que otros.
En Arcos de Jalón tiramos por la vieja N-II. En realidad opté por esta ruta para pasar por Somaén y el cañón por el que discurre aquí la nacional.
El pueblo, y su castillo, tienen una pinta genial. Pero decidimos no meternos. Ya la entrada es estrecha, y el castillo tengo claro que es un hotel, no visitable.
El castillo, visto desde el otro lado. El mirador no me queda claro si pertenece al castillo o no. Lo que si nos queda claro es que es un lugar de esos que uno apunta para volver en otra ocasión, con tiempo concreto para él.
 Seguimos, pues, hasta Medinaceli.

Nos adentramos en este majestuoso pueblo. 






Ruta del Cid.

El Cristo de Medinaceli parece contemplar las obras de la Autovía.
Y llegamos al Arco Romano. El único en España con tres arcos.





Nos vamos a Almazán. Ciudad que aun conserva puertas medievales.
Puerta del Mercado.
Diego Laynez, compañero, sucesor y biógrafo de San Ignacio de Loyola. Padre conciliar en el Concilio de Trento.

La Plaza Mayor, e iglesia de San Miguel.
En la iglesia
Allí mismo, en la plaza, se accede a través de la muralla a un mirador al Duero.

Un vistazo a la Africota. Que hemos dejado los cascos sueltos e incluso el gps.
El Duero.


La iglesia de nuevo.
La puerta del Reloj.

Salimos por al lado de la puerta de Herreros.
Cruzamos el Duero y nos vamos por secundarias hasta Fuentepinilla. Donde paramos a visitar su puente Romano. Rondan las 17h, y aprovechamos para hacernos la merienda, allí mismo, sobre él.




Eran las 17:40 cuando llegamos al hotel, en Calatañazor. Casa rural del S. XV, El Mirador de Almanzor. 
Junto al mirador del río Milanos.
Y a los pies del castillo

El pueblo es precioso, pero lo primero que nos llama la atención son sus curiosas chimeneas.
Es pronto, perfecto. Dejamos el ligero equipaje en la habitación, nos ponemos cómodos, y nos vamos a ver el parque natural de la Fuentona. Que está apenas a 4 Km.
Se accede por una pista que nos deja a 800m de la Fuentona.
Bonito paseo, bien acondicionado.




Un habitante del lugar sale a saludar.

Y llegamos a la Fuentona. Espectacular !!!

La Fuentona.


Disfrutamos de la paz del lugar un buen rato, prácticamente en soledad. Tan solo otra pareja apareció por el lugar.
De vuelta en el aparcamiento.
Volviendo hacia Calatañazor ¡ Pedazo de Luna ! En la foto se aprecia, en vivo se veía enorme.

Calatañazor, con sus restos de muralla y castillo, campos de girasoles y la luna en el cielo!
Ahora sí, con más calma y tras la merecida ducha, unas imágenes de la casa rural. Gruesas paredes de piedra, suelos de madera y vigas a la vista.
Una habitación sencilla a buen precio, 45 € la noche.
El baño.

La vista desde la ventana.

Zonas comunes. Aunque la casa consta de restaurante propio, en está época de poca afluencia, desayunos y cenas se sirven en el restaurante del pueblo.
El salón.
¿Qué machacarían en la ventana?

La escalera.

La recepción. Que tampoco funcionaba e igualmente se hacia en el restaurante Calatañazor.

20:30, se pone el sol, se oscurecen los campos de girasoles.
Ya se nota el fresco, y poco más se puede hacer en el pueblo que ir a cenar. De hecho, la cena se sirve de 20:30 a 21:30.
Hay hambre, se me olvida fotografiar el entrante, pero no mi primero "Revuelto de setas Sorianas". Riquísimo.
De segundo Trucha escabechada. Un poco más y se me olvida echarle foto jajaja... Por supuesto acompañamos la cena con vino.
Por supuesto postre casero, mus de chocolate y natillas (que aunque en la foto parecen planas, aseguro que eran un buen tarro)

Y, como no, un digestivo orujo de hierba para mi. Y sí, todo el restaurante para nosotros solos.
Las 10:20, y el pueblo está silencioso y solitario, todo para nosotros, que daremos un paseo, para rebajar la cena, por estas antiguas calles tenuemente iluminadas.
Volviendo a la casa rural nos fijamos en esta curiosa placa.
Otra calle tímidamente iluminada.
Y nos vamos a la habitación, cansados, con un intenso día vivido y a sabiendas de todo lo que aun nos queda por delante.


1 comentario:

  1. .
    Un viaje muy bonito, y la crónica muy completa con sus impresionantes fotos...

    "una imagen dice más que mil palabras"

    Muchas gracias y saludos.

    - LULO -

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.